En la práctica de yoga reconocemos que los elementos de la naturaleza también habitan en nosotros: la tierra que nos sostiene, el agua que fluye en nuestras emociones, el fuego que enciende nuestra energía, el aire que nos da vida en cada respiración y el espacio que abre la conciencia. Al movernos y respirar, recordamos que no estamos separados de la naturaleza, sino que somos su reflejo vivo y pulsante. Este mes de septiembre viajamos por todos los elementos, reconociendo su presencia, su intensidad, su incomodidad, su fluidez en nosotros.
La practica de yoga no se aleja de los ciclos naturales del universo, todo lo contrario; reconocer y recordar los ciclos naturales de luz y sombra nos permite tomar perspectiva de lo que nos pasa diariamente, y descubrir que en la sombra hay aprendizaje y que en la luz hay renacimiento. Ante la llegada de una nueva estación del año: PRIMAVERA, nos abrimos a nuevas y poderosas transformaciones internas. Somos naturaleza.
Así como el entorno se pinta de colores vibrantes, el aire se perfuma, volviéndose dulce y envolvente, los días se presentan mas claros y luminosos y las noches mas cálidas y estrelladas, así también nosotros transformamos nuestra energía vital y percibimos cambios internos y externos. Reconocer que todo fluye y se mueve por fuera y por dentro nos brinda la oportunidad de nuevas sensaciones, experiencias y sobretodo nuevos aprendizajes. Nuestro cuerpo es tierra fértil donde germina lo nuevo, solo tenemos que permitirlo.
Es un buen momento para abrir el corazón, respirar profundo y dejar que la energía circule .
Es un buen momento para sentirnos sostenidos, enraizados, presentes en nuestra tierra,.
Es un buen momento para dejar fluir con naturalidad todas nuestras emociones.
Es un buen momento para encender nuestra voluntad de cambio.
Es un buen momento para sentirnos parte de algo más grande.
Es un buen momento para decirnos a nosotros mismos, somos naturaleza, somos "polvo de estrellas"
Con todo mi cariño
Pía